Andrzej Jackowski nació en Gales del Norte, en 1947. Hijo de inmigrantes polacos que huyeron de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, nació en un campo de refugiados cerca de Crewe, donde su familia esperaba ser repatriada. En esta comunidad temporal, la cultura polaca estaba muy presente y llena de vida, lo que permitió al joven Andrzej experimentar la lengua y las tradiciones que le habían arrebatado. La otredad, sin embargo, era difícil de aceptar: «Las cabañas del campo eran de madera cubierta de alquitrán. Mis padres llevaban una carta consigo diciendo que eran extranjeros». Ya que la repatriación nunca llegaba, Jackowski fue enviado a Nottigham junto a su hermano para aprender inglés antes de asentarse en Londres. Esta mudanza, este nuevo comienzo, coincidió con la separación de sus padres. En esa época, Jackowski también tomó una importante decisión: sabía que sería artista.
Frecuentó la Camberwell School of Art, la Falmouth School of Art y el Royal College of Art en Londres antes de obtener una beca para la Universidad de Surrey. Allí, mientras leía The Sleepwalkers de Arthur Koestler, un escrito inspirado en el cuadro The Tower of Copernicus, Jackowski vivió una experiencia que definiría su práctica. Recuerdos de su niñez desplazada y aislada inundaron su mente y, con ellos, el trauma, el sentimiento de pérdida y la resiliencia resurgieron. Desde entonces, el artista decidió reconciliar su experiencia personal en la infancia con temas más amplios y universales de desposesión, pérdida e identidad.
En consecuencia, la obra de Jackowski es abiertamente autobiográfica, inspirándose en recuerdos de su niñez, de la historia de su familia en su Polonia natal y en los sentimientos resultantes de alienación y encierro que engendraron once años en un campo de refugiados. Usando estas experiencias como suelo fértil, su psique se convierte en el prisma de una memoria colectiva, consiguiendo un equilibrio muy delicado con el uso de una narración subjetiva para describir una historia colectiva.
Andrzej Jackowski enseñó pintura en la Universidad de Brighton entre 1987 y 2013, donde se convirtió en profesor universitario de pintura en 2003. Fue galardonado con el primer premio en la John Moores Painting Competition de 1991, que tuvo lugar en la Walker Art Gallery (Liverpool), por su obra The Beekeeper’s Son.
