Hans Aarsman nació en diciembre de 1951 en Ámsterdam. Como alumno, dedicó su tiempo a diversas pasiones e intereses, cursando estudios de matemáticas, física y lingüística en la Universidad de Ámsterdam.
Como artista, ha seguido una trayectoria singular, mezclando prácticas fotoperiodísticas y documentales sobre el terreno. Comenzó su carrera como fotoperiodista en los periódicos neerlandeses Trouw, de Volkskrant, Nieuwe Revu y De Groene Amsterdammer. En 1989 publicó un libro titulado Hollandse Taferelen, en el que recopiló paisajes inmortalizados desde el techo de la autocaravana que había utilizado para viajar por los Países Bajos el año anterior. Le siguieron otras publicaciones: Aarsmans Amsterdam, un libro que ilustra la ciudad a partir de la mirada del fotógrafo, publicado en 1993, y The Angel that Pissed on my Tongue, publicado en 1995.
Con su trabajo fotográfico ganando en popularidad e interés en los medios artísticos, Aarsman ha sido objeto de diversos reconocimientos a través de la concesión de galardones, como el Premio Maria Austria o el Premio Hendrik de Vries, obtenidos en 1993 y 2011 respectivamente, y de su inclusión en colecciones de prestigio, como la del Museo Stedelijk en su Ámsterdam natal. En 2006, el Nederlands Fotomuseum adquirió una sección del catálogo de Aarsman y la puso a disposición para su descarga e impresión en casa en formato A3.
En 1994, el fotógrafo, que gozaba del reconocimiento nacional, tomó una decisión sorprendente: dejó de tomar fotografías y vendió todo su equipo fotográfico. En su lugar, Aarsman experimentó con la literatura. Su primera novela, Two heads, one pillow, se publicó poco después, en 1995. Con este éxito que confirmó su transición, Aarsman siguió escribiendo obras de teatro, monólogos escénicos y espectáculos unipersonales, al tiempo que siguió manteniendo un vínculo con su práctica inicial, al fundar, en 2001, junto a Erik Kessels, Hans van der Meer y otros, Useful Photography, una revista no demasiado seria sobre el medio.
El fotógrafo convertido en autor consiguió compaginar ingeniosamente sus pasiones en 2004, cuando el diario de Volkskrant le pidió que escribiera una columna semanal. Todos los jueves, en Aarsman’s Collection, el artista analiza fotografías con la meticulosa diligencia de un detective inspirado en Sherlock Holmes, con lupa y todo. En esta sección, Aarsman disecciona lo que queda fuera de la imagen tanto como lo que aparece en ella. Tras evaluar todos los elementos de la fotografía, invita al lector a especular sobre la narrativa en torno a la imagen, real o imaginada. El proceso es una oda al detalle y la narración visual con un toque humorístico. Desde 2011, el personaje del detective fotográfico ha aparecido como invitado habitual en el programa de televisión De Wereld Draait Door.
En 2019, regresó al escenario con su cuarto espectáculo en solitario, Dokter Aarsman. Más recientemente, parece que Aarsman ha vuelto a coger una cámara y está promocionando un nuevo espectáculo: De Aarsman Projectie.
