Anne Deglain nació en Chaudfontaine en 1929. Estudió dibujo, grabado y escultura en la Academia de Bellas Artes de Lieja antes de ampliar su formación en pintura monumental en el Instituto Nacional Superior de Bellas Artes de Amberes. Posteriormente se convirtió en aprendiz de Jean Lurçat en el Chateau de Saint Céré (Francia), y por último se formó en la École Nationale des Arts Décoratifs et Tapisseries de Aubusson. Esta formación tan amplia explica la destreza y el reconocimiento de la artista en su campo.
Deglain destacó en la creación de formas libres sorprendentes, combinando su técnica tradicional con la estética abstracta contemporánea, emulando pinceladas y patrones geométricos expresivos. Lógicamente, este enfoque singular la llevó a convertirse en la principal creadora de tapices de Valonia. Orgullosa de las raíces culturales e históricas de su práctica, que se remonta al siglo XV, respetó las técnicas, herramientas y materiales del pasado, y se negó a modificarlos, a pesar de su gusto por los estilos modernos. Equiparó la creación de tapices con la arquitectura y el trabajo del vidrio, más que con la pintura. Incluso al concebir sus ideas, imaginaba la creación final colocada verticalmente contra una pared. La monumentalidad es intrínseca.
Frustrada por las limitaciones de la representación, pasó de la figuración a formas más «puras». Según Deglain: «Es responsabilidad del artista evolucionar. Mi evolución se debió a una necesidad de expresión, que requería formas abstractas».
Deglain falleció en Lieja en 2013.