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Antoni TÀPIES


(1923 - 2012)

Antoni Tàpies i Puig nació en Barcelona en 1923. Aunque dio muestras de talento y curiosidad artística desde muy joven, su familia le animó a seguir un camino más tradicional y estable que lo llevó a estudiar Derecho. Tàpies tenía, no obstante, espíritu creativo, por lo que siguió produciendo arte de forma autodidacta como aficionado. Afectado, a nivel personal, por una grave infección pulmonar que lo mantuvo convaleciente durante años y, a nivel general, por las atrocidades de la Guerra Civil española, Tàpies decidió dedicarse plenamente al arte una vez su país y su cuerpo se recuperaron.

En 1943, se matriculó en la Academia de Valls, donde estudió primero dibujo y luego pintura (1946). Como estudiante del modernismo en general, copió a personajes como Van Gogh y Picasso, y empezó a frecuentar un colectivo de escritores catalanes clandestinos llamado los Baus.

En 1948, su estilo evolucionó, causando controversia en su primera exposición en el Saló d’Octubre de Barcelona. Más cercano al surrealismo y al dadaísmo, Tàpies cofundó el movimiento Dau al Set y su publicación epónima. Al año siguiente, conoció a Joan Miró que, junto a Paul Klee, se convirtió en la principal inspiración de este período surrealista.

Tàpies realizó su primera exposición individual en 1950, en las Galerías Layetanas de su ciudad natal. Durante este período, adoptó una expresión más abstracta y se inclinó por el uso de materiales orgánicos y vegetales. Los años cincuenta también vinieron acompañados de reconocimiento internacional y de los primeros premios: el Carnegie International en Pittsburgh; la beca del Estado francés y la representación de España en la Bienal de Venecia de 1952.

En los años setenta, el artista se subió a la ola del arte pop, acentuando el color y aumentando la escala de su obra. Este cambio adyacente al diseño gráfico más mediático explica las numerosas colaboraciones del siglo XXI. En 2000, diseñó el cartel del Torneo de Roland Garros.

Rejillas, cruces, líneas, laceraciones y cicatrices estructuran gran parte de la composición del artista en materiales pobres. Se superponen con formas rectangulares que representan y definen espacios cerrados. Abstracto, informal, simbolista, gráfico y sorprendentemente espiritual, el corpus de Tàpies es una conmemoración personal de todo lo que el siglo XX tenía que ofrecer.

Su contribución al arte moderno y contemporáneo ha sido ampliamente aplaudida con diversos reconocimientos: el Premio de la Fundación Wolf (1981); la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (1981); la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña (1983); el nombramiento como oficial de la Orden de las Artes y las Letras (1983) y, posteriormente, su ascenso a comendador (1988); el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990); la Medalla Picasso de la UNESCO (1993); y el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2003), entre otros. El Rey Juan Carlos I le concedió el título de Marqués de Tàpies en 2010 por su «gran contribución a las artes plásticas de España y del mundo». Es doctor honoris causa por la Universidad de las Artes de Berlín (1979), por el Royal College of Art de Londres (1981) y por la Universidad de Barcelona (1988).
El artista falleció en 2012.

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