Luchezar Boyadjiev nació en Sofía en 1957. Desde que se graduó en la Academia Nacional de las Artes en 1980, tras cursar estudios en historia del arte y teoría del arte, ha contribuido a redefinir la práctica artística en su Bulgaria natal. Boyadjiev, cuyo corpus está dominado por sus interpretaciones personales de diversos asuntos y realidades sociales, tanto históricos como nuevos, es una figura destacada del arte contemporáneo búlgaro desde mediados de la década de 1980.
A través de una amplia gama de medios como instalaciones, fotografías, objetos y dibujos, videos, conferencias performativas e incluso visitas guiadas, Boyadjiev investiga las trayectorias bilaterales del espacio personal y público, las relaciones que guían los territorios micro y macro, y las implicaciones del consumismo capitalista para los patrones sociales emergentes de la democracia, especialmente tras la disolución de los modelos socialistas del este. Desmenuza los cambios a menudo radicales en las áreas privadas de la vida suscitados por estos sistemas económicos, abordando sin embargo estos temas gravosos con tonos irónicos, cínicos y a menudo críticos. Ni el arte, ni los propios artistas, están a salvo de la mirada deconstructora del capitalismo de Boyadjiev.
A Boyadjiev le gusta alterar los símbolos de la religión y el poder para cuestionar las ideas de utopía y distopía, contextualizando las denominadas relaciones de Oriente y Occidente. En la década de 1990, en particular, Boyadjiev jugó con estos temas. En Fortification of Faith (1991) se representa a Jesús y a su hermano gemelo al estilo de la iconografía búlgara, mientras que en Philosophical Cemetery (1992) se utilizan símbolos míticos en lugar de personajes que influyeron en modelos políticos democráticos y/o totalitarios.
Recientemente, Boyadjiev ha cambiado su enfoque, adoptando los parámetros cambiantes de un mundo globalizado, digital y virtual. Analiza la publicidad, las vallas publicitarias y los estímulos visuales no solicitados de la actualidad, equiparándolos a símbolos religiosos, y manteniendo su crítica del consumismo como puente temático.