Costas Tsoclis nació en Atenas en 1930. En la capital griega vivió bajo la amenaza de la Segunda Guerra Mundial, la ocupación alemana y la guerra civil griega. No obstante, satisfizo su curiosidad artística trabajando como ayudante en el taller de Stephanos Almaliotis de los 12 a los 18 años, además de ayudar en el taller de Vangelis Faenos en la creación de carteles de cine monumentales y diversos elementos de escenografía. En 1948, con 18 años, se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Atenas, donde estudió bajo la dirección de Yannis Moralis hasta 1954. Tres años después, obtuvo una beca estatal griega y viajó a Roma, donde estudió pintura al fresco y arte encáustico en la Scuola delle Arti Ornamentali. Junto a sus colegas artistas Vlassis Caniaris, Nikos Kessanlis, Dimitris Condos y Yiannis Gaitis, creó el Gruppo Sigma. Con sede en Roma, el objetivo principal del colectivo era consolidar un sistema de apoyo a los artistas griegos expatriados.
Durante este período, bajo la influencia de los artistas locales Afro Basadella y Alberto Burri, Tsoclis desarrolló un lenguaje propio inicial caracterizado por una abstracción gestual realizada mediante el uso de materiales industriales y/o de bajo coste como el cemento, el carbón vegetal y el heno, en un intento por destacar la plasticidad y la textura inherentes a su arte.
En 1960, Tsoclis partió de Roma hacia otra capital europea: París, En esta ciudad, donde residió de manera intermitente durante más de veinte años, su lenguaje artístico evolucionó. En 1966, se introdujeron en su obra sus primeros «objetos», que incorporan un cierto grado de trampantojo. En 1971 se marchó a Berlín, donde vivió, trabajó y expuso su obra durante 18 meses gracias a una beca DAAD. A lo largo de esta década, apostó por los objetos cotidianos encontrados (como el papel arrugado entre 1970 y 1975), mientras introducía progresivamente nuevos temas de referencia como los árboles y los paisajes marinos en 1978. En estas obras existen elementos representados junto a otros físicos adheridos al lienzo.
Tras un período de idas y venidas entre Atenas y París a partir de 1973, acabó regresando definitivamente a Grecia en 1985, donde comenzó a experimentar con el vídeo. De vuelta en su país natal, centró su energía en su reputación y visibilidad locales, a costa de su reputación internacional.
La perspectiva del artista sobre su propio arte, a pesar de ciertos temas sombríos y tonos oscuros, se caracteriza por la elevación. «Con el arte no se pretende hacer más infelices a los seres humanos, sino salvarlos», explica. «La felicidad se compone de momentos en los que te sientes recompensado con tus propias elecciones». Sus pinturas son conocidas por transformar lo real en lo imaginario y lo invisible en lo visible, desafiando las restricciones visuales. Su técnica de «pintura viva» dio paso a todo un movimiento en 1985, ampliando los límites de la pintura más allá de los límites del lienzo.
Tsoclis ha expuesto su obra en numerosas exposiciones individuales y colectivas a escala internacional, como en la Bienal de Jóvenes Artistas de París (1965), la Bienal de Sao Paulo (1965), la Bienal de Venecia (1986), y en la muestra titulada Costas Tsoclis- Retrospective, en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo, Atenas (2001). En 2011 se fundó el Museo Costas Tsoclis en Tinos, en la región de Kampos.
