Dan Wolgers nació en Estocolmo en 1955. Estudió en el Kungliga Konsthögskolan (Real Instituto de Arte), Estocolmo (1980-1985), la Grundskolan för konstnärlig utbildning, Estocolmo (1978-1979) y la Nyckelviksskolan, Lidingö (1977-1978). En etapas posteriores, compartió sus conocimientos con las futuras generaciones de artistas suecos, ejerciendo la docencia en la Kungliga Akademien för de fria konsterna (Real Academia Sueca de Bellas Artes, Estocolmo, 1995-1998) y en el Konstfack, Colegio Universitario de Artes, Oficios y Diseño (1993-1995), de la misma ciudad.
Wolgers es una figura de triste fama en el ámbito del arte conceptual sueco contemporáneo. Aunque bien conocido, no es muy querido, y la mayoría del público considera que encarna los excesos elitistas del mundo del arte contemporáneo. En cualquier caso, el artista ha cultivado deliberadamente esa imagen.
De hecho, en 1991 encargó a una agencia de publicidad el montaje de una exposición «en su nombre», sin supervisar ni un solo aspecto de su propuesta, descubriéndola como visitante en la noche de la inauguración. En 1992, fue un paso más allá cuando se le contrató para rediseñar la guía telefónica sueca. El único nombre y número que figuraba en el volumen actualizado era los suyos. Al parecer, le llamó mucha gente enfadada como consecuencia. El último incidente ocurrió unos meses después, cuando, en lugar de crear alguna obra para una exposición colectiva en la que había sido invitado a participar, robó algunas de las obras, así como objetos del lugar de celebración, como bancos, y los vendió en una casa de subastas de Estocolmo. La única aportación de Wolgers a la exposición en cuestión fue una placa con su nombre. Fue juzgado y declarado culpable por su despropósito al término de un absurdo juicio, cuyo veredicto fue vendido por el artista -aún sellado en su sobre original- a un coleccionista noruego.
Aunque no todo el mundo se muestra receptivo respecto a su sentido del humor ciertamente singular, se trata de un elemento fundamental de su práctica y le ha ayudado a hacerse su propio hueco en la escena contemporánea. Wolgers considera el arte menos como una producción y más como un dispositivo social y mecánico. De ahí, quizá, su evolución ulterior hacia obras basadas en máquinas, que profundizan aún más en la reflexión sobre la productividad y los resultados esperados, que el artista ha procurado subvertir a lo largo de toda su carrera. Ya sea en el terreno de las máquinas o en el del arte, Wolgers ha optado por actuar como un engranaje.
Entre sus primeras exposiciones (década de 1980) se cuentan las realizadas en: Galerie Aronowitsch, Estocolmo; Anders Tornberg Gallery, Lund; Galleri Lars Bohman, Estocolmo; Galleri Riis, Oslo, Noruega y Estocolmo; Arnstedt & Kullgren, Östra Karup; Galleri Magnus Karlsson, Estocolmo; Bohman-Knäpper, Estocolmo.
Entre sus exposiciones individuales recientes figuran las que siguen: A–O/Nattfiskare, Bohman-Knäpper, Estocolmo (2017); Ej funktionstestad, (junto con Jockum Nordström), Karlskrona konsthall (2016); Egentligheter (junto con Lena Andersson), Spritmuseum, Estocolmo (2016); En verklighet (drömd), Feria de Arte del Mercado, Liljevalchs, Estocolmo (2015); I olivlunden/En el olivar, Galleri Magnus Karlsson, Estocolmo (2014); En metautställning, Galleri Magnus Karlsson, Estocolmo (2013); En annan sorts sammanfattning, Ateljén, Konstakademien, Estocolmo (2013); De Profundis, Galleri Riis, Estocolmo (2013); Det stängda paradisets portar, Galleri Riis, Estocolmo y Oslo (2011); Varbergs konsthall, Varberg (2010); Galerie Aronowitsch, Estocolmo (2010); Krognoshuset, Lund (2010); Sturehof, Estocolmo (2010).
Wolgers ha sido objeto de dos importantes retrospectivas, una en el Liljevalchs Art Hall, Estocolmo (2001), y otra en el Spritmuseum, Estocolmo (2016).
Wolgers reside y trabaja en Estocolmo.
