Dominique Sosolic nació en Ornas en 1950. Aunque le apasionaba el arte desde temprana edad, las visitas al museo pusieron verdaderamente las cosas en marcha en lo que se refiere a la producción de sus propias obras de arte. Después de completar una licenciatura en ciencias, Sosolic cambió de rumbo y se matriculó en un curso para convertirse en profesor de arte en París, alrededor de 1971. Mientras que los cursos prácticos se impartían en l’Ecole Nationale des beaux-arts de París, las clases técnicas se desarrollaban en La Sorbonne, el Censier Art Institute y el Collège de France. En estos últimos cursos, Sosolic se vio particularmente influido por las lecciones de René Huyghe.
A lo largo de esta formación, la técnica del grabado se presentó ante el artista como una revelación. La adoptó como su principal medio de expresión, cultivando un proceso estilístico en torno a la técnica. Después de un año de servicio militar obligatorio, Sosolic fue nombrado profesor de bellas artes en Estrasburgo, donde dirigió los seminarios públicos de grabado «Estampe du Rhin», entre otros, y dividió su tiempo entre la enseñanza y la creación. Estas experiencias conjuntas le permitieron conocer artistas locales y coleccionistas de grabados, como Adrien Schaeffer y Robert Stehelin.
Sosolic considera que su técnica preferida de grabado constituye una forma artística autosuficiente regida por sus propias reglas y sensibilidades. El tratamiento de los sujetos abordados a través de la práctica debe realizarse en perfecta armonía con la técnica elegida. El estilo, la emoción y el significado no se logran mediante la sustracción de la misma manera que a través de un método aditivo. El material, la profundidad y el tallado requieren sus propias consideraciones expresivas que deben entenderse y respetarse. Sosolic define esto como el diálogo entre lo sensible y lo intangible — una dicotomía identificada como el objetivo de su corpus
En este sentido, sus obras atesoran una determinada calidad anacrónica que se hace eco de la naturaleza temporal del grabado como técnica, durante la cual se suspende el tiempo, permitiendo que la mente, la mano, las herramientas y los materiales interactúen simbióticamente. Los temas que representa Sosolic destacan este aspecto atemporal, mientras que sus partituras musicales, animales de granja, libros abiertos y cristalería translúcida invocan naturalezas muertas de siglos pasados.
