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Eduardo BATARDA


(1943)

Eduardo Batarda, nombre artístico de Eduardo Manuel Batarda Fernandes, nació en Coímbra en 1943. Después de abandonar la carrera de Medicina, Batarda se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Lisboa (1963–1968), donde se graduó en dos cursos sucesivos de pintura en 1967 y 1968. Tras finalizar sus estudios, fue reclutado para servir como oficial en la artillería del ejército portugués entre 1968 y 1971. Más tarde, cursó un posgrado de tres años en el Royal College of Art de Londres (1971-1974) gracias a una beca de la Fundación Calouste Gulbenkian. También obtuvo un diploma MaRCA y fue galardonado con los Premios Sir Alan Lane y John Minton.

Batarda incorporó inmediatamente el acrílico una vez estuvo disponible en Portugal, en torno al año 1965. Con estos colores saturados pintaba complejas composiciones sobre paneles organizados de forma similar a una página de cómic. Cada panel presentaba un tema diferente, permitiendo así que temas y discursos dispares coexistiesen —en igualdad de condiciones— en la misma obra de arte. Estuvo muy influenciado por los medios de comunicación e imágenes populares durante sus años de posgrado en Londres, dado que el arte pop británico había empezado a reciclar recortes de imágenes en conjuntos originales y, a veces, surrealistas. Batarda aprovechó esta oportunidad para perfeccionar y ampliar su técnica de acuarela, saturando los pigmentos para imitar los cómics estadounidenses en los que se inspiraba.

En cuanto a la temática de sus obras, Batarda se servía del erotismo para esconder una velada crítica social. En consecuencia, su obra suscitó una gran controversia y considerables objeciones, especialmente a raíz de su exposición en la Sociedad Nacional de las Bellas Artes de Lisboa en 1966. Sin embargo, más allá de impedir su ascenso, el escándalo —al igual que para muchos de sus contemporáneos— ayudó a catapultar su carrera. Otras exposiciones, como Novas Iconológicas (Nueva iconología), que tuvo lugar en la Galería Bucholz en 1967, y O Erotismo na Arte Moderna Portuguesa (El erotismo en el arte portugués), en 1977, consolidarían la estrategia de provocación de Batarda, que cosechó reacciones negativas tanto de la prensa como del público. La obra No Chão Que Nem Uma Seta (En el suelo como una flecha), pintada en 1975, es quizás la que mejor captura la calidad crítica de este período.

En la década de los ochenta del siglo pasado, el artista volvió a las pinturas acrílicas, espesando capas de pintura sucesivas para crear una superficie cromática en sí misma. En esta superficie, el artista comenzó de manera progresiva a pintar y a inscribir mensajes crípticos. Más adelante, Batarda sustituyó la figuración narrativa por la abstracción etérea, con significados diluidos que exploran la naturaleza de la línea, el movimiento, el color y el espacio, como en Néctar, pintada en 1984. Fue en torno a esta época cuando se convirtió en profesor de la Escuela de Bellas Artes de Oporto.

La influencia de Batarda y la admiración por él a largo plazo se han afianzado en parte gracias a numerosas exposiciones retrospectivas: en 1975, en la Fundación Calouste Gulbenkian (Lisboa); en 1998, en el Centro de Arte Moderno de la Fundación Calouste Gulbenkian (Lisboa); en 2009, Centro de Arte Manuel de Brito, Algés, Oeiras (Lisboa); en 2011, en el Museo Serralves (Oporto); en 2010, en el Centro de Arte Moderno de la Fundación Calouste Gulbenkian (Lisboa); y en 2016, en el Museo de Lisboa.

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