Elvira Bach nació en 1951 en Neuenhain. Comenzó su formación artística estudiando soplado de vidrio en la Erwin-Stein-Schule (Escuela Estatal de Formación Profesional en Vidrio) en Hadamar entre 1967 y 1970, y la continuó bajo la dirección de Hann Trier en la Hochschule der Künste (Universidad de las Artes de Berlín) de 1972 a 1979.
Durante estos años de capacitación en la capital alemana, frecuentó a los artistas emergentes que, junto con ella, conformarían el arte contemporáneo alemán. Rainer Fetting y Helmut Middendorf, ambos colaboradores en la Colección de Arte Contemporáneo del Parlamento Europeo, fueron algunos de ellos.
Desde el punto de vista artístico, la obra de Bach gira en torno al deseo de subvertir las percepciones establecidas de la feminidad. Ha abordado esta tarea fundamentalmente a través de representaciones femeninas y autorretratos no conformistas, basados en diferentes fuentes de inspiración: la antigüedad, las culturas arcaicas y artistas como Frida Kahlo. Su obra eleva y celebra la «Neue Frau» (Nueva Mujer) al examinar el pasado y cuestionarlo a través de esta imagen universal de la mujer contemporánea. Bach traslada esta redefinición de lo femenino más allá del lienzo, encarnándose como un nuevo modelo de mujer artista. En 1982, por ejemplo, fue la primera mujer invitada a exponer en la Documenta 7 de Kassel, a la edad de 29 años. Su confianza en su trabajo le ha permitido eludir la necesidad de suscribirse a las tendencias contemporáneas y -en un contexto de prácticas conceptuales, analíticas y racionales- se ha atenido al medio de la pintura, que ha explorado de manera enérgica, expresiva y sensual.
Los elementos esenciales de su estilo son el color, el dinamismo y una selección de motivos reiterados. El autorretrato ocupa un lugar central en su arte y la artista se representa a sí misma con un toque de mise en scène. Los accesorios y los atuendos lujosos suelen utilizarse para destacar su feminidad, el núcleo temático de su cuerpo de trabajo. A partir de la década de 1980, la figura femenina universalizada que Bach extrae de sus autorretratos se ha asociado con significantes más explícitamente eróticos, como la serpiente. Este lenguaje simbólico evolucionó con su experiencia y sus viajes, como su paso por Senegal (1986-1992).
Bach reside y trabaja actualmente en Berlín.
