Florin Anton Ciubotaru nació en Focşani en 1939. Alumno del Institutul de Arte Plastice «Nicolae Grigorescu», como muchos de sus destacados contemporáneos, se graduó en 1963 (estudiando bajo la dirección de Corneliu Baba y Ştefan Constantinescu), y posteriormente se convirtió en un pintor (meta)crítico. Su trayectoria se ha caracterizado por el desafío, la exploración, el cuestionamiento y la reconsideración infinita.
Ciubotaru -también conocido como Ciubo- extra el sentido y la finalidad de su práctica no tanto del estilo como de la metodología y el enfoque. Más que un mero artista, Ciubotaru se percibe a sí mismo como el narrador independiente de su trayectoria artística. Esto se debe en parte a su falta de paciencia para lo que, desde su perspectiva, son las farsas del mundo cultural. En efecto, ya se trate de la escenografía, la serialidad y la denominación, la señalización, las exposiciones, las inauguraciones, las relaciones con la prensa o la valoración crítica, todos estos aspectos convencionales de la escena del arte contemporáneo están tan codificados a ojos de Ciubotaru que este los considera estereotipos, obstáculos inútiles que prefiere eludir en la búsqueda de la verdadera libertad de expresión.
Sus comunicaciones en torno a sus propias exposiciones como ceremonias vacías formulistas son increíblemente significativas. Su arte es igualmente reflexivo: el artista superpone y oculta los medios de representación en composiciones íntimas que, probablemente, solo el artista lo aprecie y comprenda plenamente. La obsesión de Ciubotaru por la libertad de expresión y su negativa a ceder en lo que percibe como un sistema problemático explica quizás la naturaleza críptica de su trabajo.
Además de sus reflexiones artísticas, Ciubotaru ejerce también como profesor del departamento de pintura de la Universitatea Națională de Arte București.
