Geta Brătescu nació en Ploiești en 1926. Inicialmente se matriculó en la Universidad de Bucarest, tanto en la Facultad de Letras (1945-1949, bajo la dirección de George Călinescu y Tudor Vianu) como en la Academia de Bellas Artes (bajo la dirección de Camil Ressu). Lamentablemente, se le impidió obtener este segundo título, dado que el gobierno comunista recién constituido la expulsó por su aparente estatus social privilegiado. Resiliente y resuelta, Brătescu encontró trabajo como editora de arte, ilustradora y técnica en animación para el periódico Secolul 20, y como documentalista para la Uniunea Artiştilor Plastici din România (Unión de Artistas Rumanos), puesto este que la llevó a viajar por toda Rumanía y otros países. Finalmente culminó su formación en el Institutul de Arte Plastice «Nicolae Grigorescu», donde se graduó en 1971. Más adelante, en 2008, recibió un doctorado honoris causa por la Universitatea Națională de Arte București (Universidad Nacional de las Artes de Bucarest). A caballo entre la libertad de la posguerra y la censura comunista, Brătescu, como muchos de sus contemporáneos, encontró la seguridad en el aislamiento y convirtió su estudio en un espacio creativo protegido. Este estudio, tanto la versión física como la mental, tenía que ser impermeable a los discursos sociopolíticos. La estética resultante fue lógicamente personal, hecha a mano, de baja contenido tecnológico y mundana.
Este periodo fue la fuente de inspiración de una impactante serie titulada Censored Self-Portrait, en la que la artista se retrata a sí misma con la boca y los ojos sellados con tiras de papel. Sorprendentemente, esta censura autoimpuesta seguiría siendo una fuente de inspiración, especialmente en el caso de los dibujos ciegos que produjo en los decenios de 1990 y 2000, en un puro ejercicio de libertad controlada. Su estudio, como espacio creativo, representó a la vez un refugio y un trampolín, una sensación que se transmitió en la película más conocida de Brătescu, titulada sobriamente The Studio y creada junto a Ion Grigorescu en 1978. La película constituye una reflexión en vivo sobre el espacio vacío y ocupado a través de manipulaciones y movimientos corporales. Le seguirían varias películas performativas: Self-Portrait, Towards White (1975) y From Black to White (1976).
A través del espacio, Brătescu explora e ilustra simultáneamente su percepción de la sensibilidad femenina y el modo en que las mujeres ocupan y perciben el espacio. Su instalación mural No to violence (1974), con sus vendajes acumulados, constituye un notable ejemplo de esta investigación artística, mientras que obras o series como Mother Courage (1965), Portraits of Medea (1979), Mothers (1997) y Women (2007) ofrecen una perspectiva más explícita del tema.
En la década siguiente, Brătescu continuó sus investigaciones sobre el espacio y el lugar, pero introdujo los textiles como materiales artísticos. Describió su proceso en esa época como «dibujar con una máquina de coser». En términos más generales, el artista toma prestadas impresiones de diversas fuentes de inspiración, que van desde los viajes hasta la literatura, y las traduce en formas delicadas construidas a partir de líneas titubeantes.
En 2017, Brătescu representó a su Rumanía natal en la 57.a Bienal de Venecia, un evento en el que había participado dos veces antes como parte de exposiciones nacionales colectivas, en 1960 y 2013. Ese mismo año, el presidente del país le concedió el Ordinul naţional Steaua României (Orden Nacional de la Estrella de Rumanía). Un año ajetreado como el de 2017 también fue testigo de la celebración de una completa retrospectiva de Brătescu (solo la cuarta fuera de Rumanía) en Bélgica, en el Museo de Bellas Artes de Gante. Entre otras exposiciones individuales recientes a destacar se encuentran las celebradas en: el Neuer Berliner Kunstverein, Berlín, Alemania (2018); Hauser & Wirth, Los Ángeles (2018) y Nueva York, Estados Unidos (2017); el Camden Art Centre, Londres, Reino Unido (2018); el Hamburger Kunsthalle, Hamburgo, Alemania (2016); Tate Liverpool, Liverpool, Reino Unido (2015); y el Berkeley Art Museum y Pacific Film Archive, Berkley, Estados Unidos (2014).
Brătescu falleció en Bucarest en 2018.