Gianni Visentin nació en el Véneto en 1938. Se formó primero como pintor y posteriormente se dedicó a la escultura.
Desde mediados de los años sesenta hasta finales de los setenta, el artista vivió en Francia, donde se mezcló en los círculos artísticos de la posvanguardia. Al tratar de emular el estilo de vida parisino, el amor de Visentin por la escultura floreció, y la pintura perdió importancia.
Visentin seguirá siendo fiel al medio de la escultura, que utilizó para explorar una gran cantidad de temas fundamentales, como, por ejemplo, el medio ambiente y la reconciliación del amor, el bien y el mal, el inquieto espíritu moderno y el pensamiento metafísico. Encauzó este fervor para expresar su cólera ante la degradación del medio ambiente, así como la paz de la humanidad y la búsqueda de la solidaridad, la libertad y la reconciliación.
A través de estos motivos, Visentin indaga en las profundidades del alma humana.
