Giosetta Fioroni nació en Roma en 1932. Nacida en el seno de una familia de artistas —su padre era un reconocido escultor y su madre una pintora de talento y titiritera profesional—, Fioroni estaba casi destinada a convertirse en una figura importante del arte de mediados del siglo XX. Inspirada y apoyada por su entorno, se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Roma, donde conoció a Toti Scialoja, una figura influyente en su carrera.
Su generación se apresuró a crear colectivos y redes internacionales de contactos. Fue una de las pocas mujeres miembros de la Scuola Romana (a la que pertenecían Franco Angeli, Mario Schifano, Tano Festa, Francesco Lo Savio, Fabio Mauri y Giuseppe Uncini), un grupo que surgió en la escena artística de Roma durante los años sesenta. El colectivo se centró principalmente en la Galleria La Tartaruga, punto de encuentro que acogería muchas de sus creaciones. En una época en la que Nueva York era un destino más popular, Fioroni viajó con frecuencia a París, donde trabajó, y donde tuvo un período de intensa actividad entre 1958 y 1963. Su amplia red de contactos le permitió cruzarse con gente como Cy Twombly, Willem de Kooning y Robert Rauschenberg, y frecuentar el taller de Tristan Tzara, entre otros.
Desde el punto de vista temático, Fioroni ha explorado la figura femenina desde diferentes ángulos y a través de diversos medios. Entre sus ciclos pictóricos más populares de los años sesenta y setenta cabe citar argenti o «diapositivas de sentimientos», que plasmaban imágenes culturales o comerciales populares mediante el uso de esmalte de aluminio y de plata. A pesar de su éxito, la artista, impulsada por la experimentación creativa, interrumpió su ciclo para montar una ambiciosa performance titulada La Spia Ottica. A partir de ese momento, su arte pasó a ser más interactivo, ya que la artista buscaba dirigirse al público de forma directa e indirecta. Fioroni recurría con frecuencia a cuentos y leyendas conocidos para encontrar un terreno común con el que interactuar. Haciendo hincapié en fuentes textuales atemporales, surgieron colaboraciones con escritores y poetas, entre ellos Parise, Ceronetti, Abrasino, Zanzotto y Garboli, que tuvieron como fruto creaciones en papel y en forma de libro, y que fueron objeto de una retrospectiva propia en el Instituto Nacional de Diseño Gráfico de Roma en 1990. Al finalizar este capítulo de su vida, Fioroni se dedicó a la cerámica, el cine y la escultura.
La obra de Fioroni se ha expuesto en todo el mundo en una gran diversidad de medios. Su primera exposición individual tuvo lugar en 1957 en la Galleria Montenapoleone de Milán. La Galleria La Tartaruga acogió numerosas exposiciones en las décadas de 1960 y 1970. Durante ese período, también participó en importantes exposiciones colectivas, como Nuove Tendenze in Italia, en la Galleria del Naviglio de Milán (1966), y Vitalità del negativo nell’arte italiana 1960/70, en el Palazzo delle Esposizioni de Roma. Se organizaron otras importantes exposiciones individuales en la Galerie Breteau de París (1963), la Galleria del Naviglio de Milán (1965, 1967, 1969 y 1971), la Galería Modern Art Agency de Nápoles (1968), la Galleria Il Punto de Turín (1970) y la Galleria de’ Foscherari de Bolonia (1974). En 1972 se montó una retrospectiva en el Centro de Actividades Visuales del Palazzo dei Diamanti de Ferrara. Fioroni participó en la Bienal de Venecia en 1956, 1964 y 1993. En marzo de 2003 la ciudad de Roma organizó una extensa retrospectiva en el Museo dei Mercati di Traiano titulada La Beltà, opere dal 1963 al 2003. En marzo de 2004 el Centro de Arte Contemporáneo de Parma presentó otra amplia retrospectiva. En 2013 tuvo lugar su primera exposición individual en Norteamérica en el Drawing Center de Nueva York: Giosetta Fioroni: L’Argento, que se repetiría en la Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Roma. En mayo de 2017 fue invitada a participar en un programa de proyectos en Frieze Nueva York. En 2021 fue objeto de una doble exposición en la Galería Cannaviello de Milán: una dedicada a su obra de los años sesenta y setenta, y otra sobre la evolución artística más reciente.
Fioroni vive y trabaja en Roma.
