Herman Blondeel nació en 1956. A pesar de que estudió en el Stedelijk Secundair Kunstinstituut y en la Koninklijke Academie voor Schone Kunsten de Gante, y perfeccionó sus habilidades en la Stedelijke Academie voor Schone Kunsten de Deinze; Blondeel aprendió verdaderamente su oficio en casa. Su padre, Armand Blondeel, era un apreciado artesano del vidrio que enseñó a su hijo su arte desde muy temprana edad. A lo largo de su carrera, desafortunadamente breve, Herman Blondeel no dejó de trascender los límites de su actividad «decorativa».
Según varias biografías, Blondeel ya era un artesano consumado a los 16 años de edad. Esta asociación entre padre e hijo culminaría en un periodo de aprendizaje que terminaría en 1984, cuando Herman abrió su propio taller independiente (junto al de su padre). Con la libertad llegó la curiosidad y la ulterior exploración, y el estilo de Blondeel siguió evolucionando.
Entre 1982 y 1986, el artista produjo principalmente vitrinas que presentó en numerosas exposiciones. Incluso en esta primera etapa cuestionó las limitaciones de la «artesanía». Estos interrogantes se manifestaron en su escenografía, donde Blondeel experimentó con pedestales y vitrinas (que aíslan la ventana, quitándole su funcionalidad).
Al dotar de una dimensión interdisciplinaria a su obra, Blondeel trascendió las fronteras de su campo y se introdujo en el del arte contemporáneo. La adición de la iluminación de neón, a partir de 1985, no hizo sino consolidar su nueva trayectoria y estatus.