Jean-Pierre Junius nació en Dudelange en 1925. Tras graduarse en el instituto Athénée de Luxemburgo, se formó como maestro de escuela y se graduó en 1945. Aunque había encontrado su vocación, en 1946, llevado por su atracción por el arte, se trasladó a París para estudiar pintura. De vuelta a Schifflange, no le costó compaginar sus dos pasiones, la de educador y la de pintor.
Con una carrera de más de medio siglo, Junius tuvo tiempo de evolucionar y aceptar los cambios en el mundo del arte. Aunque al principio destacó por su personal elegancia figurativa en obras como Gare de Lyon (1954) y Portrait de jeune fille (1956, año en que causó sensación en el Salon des indépendants de París), Junius consiguió apartarse de la representación convencional y dar un nuevo impulso a sus obras, hasta ganarse un puesto entre los artistas contemporáneos pioneros de Luxemburgo. El hecho de que en 1958 recibiera el Prix Grand-Duc Adolphe (premio de arte concedido por el Cercle Artistique de Luxembourg [Círculo de Artistas de Luxemburgo]) supuso un reconocimiento simbólico del lugar que ocupaba en la escena local.
Sin embargo, se negó obstinadamente a que se le asociara con tendencias, corrientes y movimientos generales y se desvinculó de toda expectativa o toda presión, para entregarse en exclusiva a su obra. Su progresiva abstracción lírica fue un valioso recurso en este esfuerzo.
Alquimista del color, Junius se mantuvo cerca de los paisajes, las personas y las trayectorias que presenció a lo largo de su vida. Las minas y los mineros, junto con su entorno y sus luchas, la naturaleza y su impenetrable belleza, todos estos temas se abren paso en su obra, aunque sea de forma implícita, a través del ambiente y la atmósfera.
El tiempo y la edad nunca lo detuvieron. Incluso a los ochenta y siete años seguía mostrando una misma pasión y una ambición inalterables: siempre tuvo ganas de aprender, evolucionar y, en definitiva, crear. Por medio del arte, se enfrentó al envejecimiento y al dolor, pero nunca abandonó su mirada inquisitiva e incluso optimista.
En 2015 la Galerie d’art du Théâtre d’Esch, en Esch-sur-Alzette (Luxemburgo), rindió homenaje a este artista resiliente con una importante exposición retrospectiva. El conservador Lucien Kayser eligió cincuenta y cuatro obras que recorren la trayectoria de Junius desde los años cincuenta del siglo pasado hasta 2012.
Sus obras se han expuesto en Luxemburgo y en el extranjero, en lugares como Montecarlo, París, Hamburgo, Brest, São Paulo y Sevilla. En 1995 se expuso una gran retrospectiva de cuadros de Jean-Pierre Junius en el Tutesall de la Abadía de Neumünster, en la ciudad de Luxemburgo, cuyo conservador fue, de nuevo, Kayser y para la que se elaboró un hermoso catálogo.
Junius falleció en 2020.
