John Edwards nació en Londres en 1938. Estudió en el Hornsey College of Art, luego continuó en el Leeds University’s Institute of Education y amplió su formación en l’École Nationale Supérieure des Arts Visuels de Bruselas. Colmaría este interés académico convirtiéndose en un profesor de renombre en su Londres natal, en concreto trabajando como jefe de pintura y escultura en la St Martin’s School of Art de Londres en los años ochenta. Los estudiantes de la School of Visual Arts de la Universidad de Siracusa, en Nueva York, y de la Escuela de Pintura de Montmiral, en Drôme, al sureste de Francia, también se beneficiaron de los conocimientos y de la experiencia de Edwards.
Como pintor, Edwards fue sensible al expresionismo abstracto gestual libre que se abrió camino desde América, especialmente desde Nueva York, tras la segunda guerra mundial. Naturalmente, se centró plenamente en la naturaleza contemporánea de su arte y de su universo, pero favorecería la estructura arquitectónica en su composición, con secciones geométricas (la cruz, por ejemplo, es un motivo recurrente) que confieren volumen a su pintura. Esto se debe probablemente al talento del artista como escultor. Al adoptar los fundamentos de su época, Edwards pudo comprenderlos mejor y condensarlos más tarde en un lenguaje dominado y refinado, de colores audaces y seguros, que, en retrospectiva, elude una etiqueta concreta.
Esta independencia estética está en parte relacionada con el vínculo espiritual de Edwards con la India (concretamente con Jaipur), un país y una cultura que le permitieron superar la presión de la vida artística londinense, sobre todo cuando el éxito y las oportunidades escaseaban. En la India evolucionaron tanto su enfoque como sus referentes y su paleta. Con una nueva sensibilidad, el pintor cosechó un éxito renovado, primero en la India y luego a nivel internacional.
A lo largo de su carrera, Edwards pudo contar con la Rowan Gallery para apoyar y exhibir su talento. De hecho, entre 1967 y 1981, el pintor realizó nueve exposiciones individuales en la galería londinense. A nivel internacional, expuso su arte en Siracusa, Washington, San Francisco, Turín, Jaipur y Nueva Deli. Las exposiciones colectivas llevaron su arte a Varsovia, Ámsterdam, Madrid, Nueva York y Tokio, entre otros centros culturales.
