Luigi Mainolfi nació en Rotondi (Campania) en 1948. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Nápoles. En 1973 se trasladó a Turín, atraído de forma ineluctable por el impulso cultural que la ciudad ejerció como capital de la vanguardia en los años sesenta.
Aunque, según un criterio cronológico, se le ha clasificado a menudo como posconceptual, su estilo está más asociado con la generación minimalista que precedió a la suya. Su obra de principios de los años setenta se centraba en el cuerpo y sus gestos y utilizaba el cuerpo como medio de expresión. Una de sus creaciones emblemáticas era el uso de papel de calco con contornos de tiza de su cuerpo, que se sumergía en agua para que se distorsionara y se deformara. Hacia el final de la década, empezaron a aparecer en su obra símbolos antiguos y motivos arcaicos. Mainolfi también adoptó plenamente las facetas teóricas de la escultura, añadiendo textos escritos como acompañamiento a muchas de sus piezas materiales.
La figuración volvió a aparecer tiempo después, con referentes biológicos y zoológicos que servían para construir ciudades fantásticas híbridas y mutantes. El orden (la ciudad) se mezclaba con el desorden (la hibridación fantástica) en esculturas de terracota de marcado carácter táctil. Después de la arcilla, su obra se complementó con otros materiales más tradicionales, como el bronce, el yeso, la piedra, la lava y la madera. En general, consiguió un planteamiento más atemporal y universalmente folclórico de la escultura a través de lo fantástico.
En las dos últimas décadas del siglo XX se organizaron numerosas exposiciones, entre las que destacaron la Galleria de’ Foscherari de Bolonia, la Galería Alfonso Artiaco de Pozzuoli y la Galería Di Meo de París (1988); la Galería Tucci Russo de Turín (1989); la Galería Noire de Turín (1990); la Galería Piero Cavellini de Brescia (1991); la Galería Gian Ferrari de Milán y el Museo Municipal de Rímini (1992); la Galería Alfonso Artiaco de Pozzuoli (1993); la Villa delle Rose de Bolonia, y la Galería de la Ciudad de Praga (1994); la Galleria de’ Foscherari, la Galleria Studio G7 y la Galería Otto de Arte Contemporáneo de Bolonia (1998).
