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Manuel LOPEZ VILLASEÑOR


(1924 - 1996)

Manuel López-Villaseñor nació en Ciudad Real en 1924. La infancia fue una época difícil para el futuro artista, ya que sufrió una parálisis que lo dejó en cama. Incapaz de participar o incluso de disfrutar de los juegos de la época y de sus compañeros, pasó sus primeros años aislado. En su soledad, el dibujo se convirtió progresivamente en su único amigo y finalmente, en su vida. En 1935, a los 11 años, recibió el premio extraordinario de la Asociación de la Prensa en la exposición de «Arte Infantil Manchego».

Tras la guerra civil, completó su licenciatura en la Escuela de Artes de Ciudad Real (donde estudió Dibujo Artístico con Manuel Mendía, y Modelado y Fundición con Jerónimo Luna). Tras obtener una beca de la Diputación Provincial de Ciudad Real, se trasladó a Madrid en 1942. Allí comenzó sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su primera exposición tuvo lugar en 1948 en Ciudad Real y en la Sala Macarrón en Madrid. En 1949 se le concedió el Gran Premio de Roma, lo que le llevó a trasladarse a Italia y a descubrir en este lugar los frescos de artistas italianos del siglo XIII, en particular, los de Masaccio y Piero della Francesca. Esta pasión por los murales determinó el rumbo del resto de su carrera, concretamente la académica. De hecho, en 1959 fue nombrado profesor de Pintura Mural y Procedimientos Pictóricos en la Facultad de Bellas Artes de Madrid, un cargo que ocupó hasta que se jubiló.

El año siguiente a su llegada a Italia fue muy intenso, pues expuso su obra en la Bienal de Venecia, en la Mostra delle Accademie en Roma y en la «Selección de artistas españoles» en la Sala Feria de Roma y Nápoles. Italia fue el primero de sus destinos, ya que López-Villaseñor recorrió posteriormente Inglaterra, Francia, Bélgica y los Países Bajos.

Como ya se ha dicho, en la plétora de obras que ha realizado a lo largo de los años, los murales ocupan un lugar especial en su corpus. Sus murales de la Basílica de Atocha en Madrid, de las Diputaciones Provinciales de Zaragoza y de Ciudad Real, de la Escuela de Altos Estudios Mercantiles en Barcelona son algunos de sus murales más famosos y aclamados.

A lo largo de su carrera, López-Villaseñor ha recibido numerosos premios y reconocimientos: en la I Bienal Hispanoamericana (1951); la Primera Medalla de Oro de la Exposición Nacional de Bellas Artes (1952), por su cuadro El cuerpo del mártir); el primer premio de la Exposición Internacional de Agrigento en Italia (1952); el premio del Ministerio de Información y Turismo, en Sevilla (1954); El premio Molino de Oro en la Exposición Regional de Valdepeñas (1954), por el mural Homenaje a Iberia); el Premio Fundación Rodríguez Acosta (1958); el Premio Ibarra (1959); el Gran Premio en la V Bienal de Alejandría (Egipto, 1965), y el Premio Pablo Iglesias (1985), entre otros.

En 1956 fue nombrado miembro honorífico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

López-Villaseñor falleció en 1996. Sus tres herederos donaron al Ayuntamiento de Ciudad Real un total de 162 obras suyas que se añadieron a la colección de un museo que lleva el nombre del artista y se encuentra en la capital de la provincia. 

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