May Claerhout nació en Pittem en 1939. Fue una artista polifacética y de múltiples talentos, que trabajó como pintora, escultora, ilustradora y ceramista. Vivió con su familia durante mucho tiempo en Gravenwezel antes de trasladarse a Malle, donde montó su propio estudio y su marido instaló una fundición de bronce.
Su estilo es apreciado por su ingenua pureza que toma prestada del arte popular, un testimonio de su capacidad natural considerando que no recibió una formación académica y que fue plenamente autodidacta. El componente fundamental de su educación en solitario es la visión: «El trabajo visual comienza por ver. Es necesario poseer el don y la voluntad de ver las cosas y las personas como son; la representación vendrá a continuación…», señaló la artista al explicar su atracción por el arte y su práctica.
Dedicó los últimos años de su carrera a la producción de un número sustancial de piezas de porcelana, incorporando estas obras a su singular corpus, alimentado por una técnica apasionada y una ambición sencilla.
Siempre curiosa y creativa, Claerhout continuó produciendo arte hasta el día en que murió. Por desgracia, un tumor cerebral puso término de manera inoportuna a su vida y a su carrera, pero la artista se mantuvo fiel a su pasión, esculpiendo, dibujando y concibiendo diseños de exposiciones a lo largo de su enfermedad.
Claerhout es famosa en su Bélgica natal por sus instalaciones de escultura al aire libre, principalmente en paradas de transporte público y en zonas verdes.
