Michael Craig-Martin nació en Dublín en 1941 y fue, sin duda, una de las figuras más influyentes del arte británico contemporáneo. La familia del artista se trasladó a los Estados Unidos, concretamente a Washington D. C., cuando tan solo era un niño. Comenzó a pintar mientras estudiaba Literatura e Historia Inglesa en la Universidad de Fordham en Nueva York (1959). Su pasión le llevó a París, a la Académie de la Grande Chaumière (1961), antes de regresar a los EE. UU. para graduarse en Bellas Artes en la Escuela de Arte de la Universidad de Yale (1966). Se vio inevitablemente afectado por los interminables desarrollos teóricos de la época. Tras regresar a Gran Bretaña (1966) y establecerse como un profesional con visión de futuro, Craig-Martin también influyó en la escena del arte contemporáneo como profesor en el Goldsmith College School of Art (Londres) entre 1966-1988 y 1994-2000. De hecho, la mayoría de los alumnos que tuvo bajo su tutela llegarían a ser conocidos como el grupo de «Jóvenes Artistas Británicos» (YBA, por sus siglas en inglés), que cuenta entre sus filas con artistas de la talla de Damien Hirst, Gary Hume, Sarah Lucas, Tracey Emin y Rachel Whireread.
En el plano artístico, Craig-Martin exploró y cuestionó los límites del arte conceptual, aludiendo a su origen minimalista y a su ascendencia surrealista (principalmente a través del uso de objetos encontrados). La semiótica, la semántica, los límites del significado y las relaciones objeto-símbolo están en el centro de sus impulsos y de su corpus en evolución. La obra An Oak Tree (1973), que representa un vaso de agua en un estante acompañado de un texto que declara que el vaso es, de hecho, un roble (oak tree), es una obra fundamental de su período temprano. En los años setenta introdujo los dibujos en su corpus, que se han convertido en un lenguaje formal propio. En los años noventa, la pintura volvió a ostentar el protagonismo en su práctica, con colores vivos y patrones geométricos pintados a escalas lo suficientemente monumentales como para competir incluso con la arquitectura. Más recientemente, el maestro se ha centrado en las formas de acero recubiertas de polvo que intentan captar la cotidianidad de los objetos. Con independencia de la disciplina elegida en cada momento, el deseo de Craig-Martin de estimular nuestra capacidad de imaginar formas no presentes a través de símbolos e imágenes ha permanecido intacto.
Aunque Craig-Martin celebró su primera exposición individual en la Rowan Gallery de Londres en 1969, quizás causó más impresión cuando participó en «The New Art» en la Hayward Gallery en 1972, exposición que definió y consolidó el arte conceptual británico. Desde entonces ha expuesto sus obras en todos los grandes museos (el Centre Pompidou, el MoMA, el Kunstverein, el IVAM y el Kunsthaus Bregenz, entre otros) y ha disfrutado de tres retrospectivas: en la Whitechapel Art Gallery de Londres en 1989, una segunda en el Irish Museum of Modern Art de Dublín en 2006 (que incluyó más de cuarenta años de obras en todos los medios) y una tercera en la Serpentine Gallery de Londres en 2015, que reunió obras desde 1981 hasta 2015.
Otras exposiciones y proyectos dignos de mención son «Drawing the Line» de 1995, una exposición centrada en el dibujo que se presentó en el Southbank Centre de Londres, y su inclusión en «Un siècle de sculpture anglaise» celebrada en el Jeu de Paume de París, que contribuyó a popularizar a los artistas británicos contemporáneos en Francia.
En 2016 fue nombrado caballero en la Lista de honor del cumpleaños de la Reina por sus servicios al arte.
Craig-Martin vive y trabaja en Londres.
