Micky Donnelly nació en Belfast en 1952. El artista estudió en Belfast en la Universidad de Ulster (1976-1981) y trató sistemáticamente de explorar, revivir y apreciar un sentido de la memoria cultural. Esto se manifestó muy pronto en su obra a través de sus préstamos de motivos celtas y su referencia a los tartanes. No obstante, la memoria de Donnelly es universal y lo comprende todo, pues viajó por el oriente hasta Japón, con sus jardines y técnicas de tinta, antes de volver a los modernistas de Europa como Monet.
Una beca concedida por el Consejo de las Artes de la British School en Roma le permitió viajar a Italia. Este viaje le sirvió para ampliar su apreciación y conocimiento del arte europeo, de manera que acogió el arte renacentista italiano como una influencia duradera en su práctica.
Durante el período inmediatamente posterior a su graduación, se involucró en gran medida con el Artists Collective y Queen Street Studios. Inspirado por las experiencias y la red de contactos que hizo, creó en un esfuerzo colaborativo la revista Circa, una publicación dedicada al arte contemporáneo para la que escribía regularmente. La década de 1990 estuvo marcada por la influencia del floreciente arte callejero y el grafiti (véase su serie Belfast). Posteriormente, las manchas de tinta tipo Rorschach fueron el tema central de la serie Reflex.
Por regla general, el arte de Donnelly debe interpretarse como un replanteamiento de las posibilidades culturales, de ahí la inclusión regular de referencias históricas del arte en toda su práctica. Además de la perturbación intencionada, el azar y el peligro son también herramientas que el artista utiliza para mantener su práctica viva. La sorpresa resultante genera conciencia y, por tanto, posee una eficacia perceptiva.
Cuando publicó su primera novela en 2001, Donnelly pasó de ser artista a ser escritor con absoluta naturalidad. Estaba escribiendo su segundo libro cuando falleció de forma repentina en 2019 a los 66 años.
