Miguel Branco nació en Castelo Branco en 1963. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Lisboa. Estudioso de la historia del arte desde siempre, Branco recurre sutilmente a sus maestros (Watteau, Chardin, Fragonard, Goya, Velázquez, Bellini, Stubbs, Hogarth o Teniers, por mencionar solo algunos), mientras se sirve de escenarios místicos y autorreferenciales (Egipto o la India, por ejemplo) que evocan la historia de la humanidad. Por tanto, su enfoque es conscientemente posmoderno, a pesar de su apariencia clásica y extremadamente técnica. Donde realmente destaca el arte de Branco desde un punto de vista comunicativo es en su uso de la escala. Aunque, por lo general, el artista prefiere una escala menor (algunas piezas son más pequeñas que una postal), no se adentra en el ámbito de las miniaturas como medio para mostrar la destreza técnica. Por el contrario, reduce la escala por razones de percepción, atrapando al espectador, obligándolo a acercarse y a adoptar la posición adecuada que le permita apreciar plenamente su obra. En otras palabras, solo a través del tamaño de sus obras, Branco orquesta una interacción física activa con sus piezas.
En lo que se refiere a la escultura, su estrategia es equivalente, pero a la inversa: aquí favorece la monumentalidad para atrapar al espectador. Además de la interacción espacial, la coherencia se manifiesta temáticamente a través de la pasión de Branco por los animales y la vida salvaje como protagonistas de su obra. Independientemente del soporte o la inspiración, el artista crea sus propios recuerdos de expresiones y obras de arte ya existentes. La mirada, de su sujeto o del espectador, es a menudo fundamental en la composición y en la instalación. La intertextualidad y la magnitud son simples mecanismos que permiten que la observación cruzada tenga lugar.
Coleccionista de referencias, Branco no le da la espalda a la cultura pop y contemporánea. Por el contrario, se basa en ellas para acentuar los contrastes, realzar las mutaciones y subrayar la hibridación visual. La aparición de los medios de comunicación actuales viene acompañada de prácticas y técnicas contemporáneas tales como la impresión y la manipulación digital, el collage, etc. Aunque este énfasis en la tecnología (las cámaras y los drones han empezado a llenar sus imágenes) parezca aparentemente antinómico con respecto a la naturaleza, en realidad sirve en gran medida para celebrarla.
La pasión de Branco por el arte y su historia lo ha llevado por el camino de la enseñanza. Es profesor de Ar.co, Centro de Arte y Comunicación Visual desde 1989 y fue jefe del Departamento de Dibujo y Pintura de 1994 a 2018.
En la actualidad, Branco vive y trabaja en Lisboa.
